Podemos entender por viscosidad, como la capacidad de que un fluido se pueda mover. Hablaremos de que un fluido es más viscoso cuando tiene menor capacidad de fluidez o que genera una capa de lubricación de mayor envergadura (también comúnmente le llaman que es un lubricante más grueso). Por otra parte, la viscosidad se puede alterar frente a la temperatura. Por lo general, un fluido que se somete a mayor temperatura será menos viscoso.
¿Cómo se clasifica la viscosidad?
Hay varias instituciones o pruebas que establecen las viscosidades de los lubricantes. La más conocida es la institución SAE (sociedad de ingenieros automotrices por sus siglas en inglés). Mediante la tabla SAE J300 establece las diferentes viscosidades para lubricantes de motor y bajo la tabla SAE J306 la establece para los lubricantes de engranajes.
La designación de un lubricante de motor bajo la SAE J300, va asociada bajo dos discriminantes por lo general: Por una parte, al comportamiento del fluido según capacidad de arranque y bombeabilidad a distintas temperaturas bajo cero, que es designada con un número acompañando a la letra W (de Winter asociado a frío o invierno). Por otra parte, con un número que acompaña al guion (-), que establece la capacidad de fluidez del lubricante cuando es sometido a una temperatura de 100°C (simulando una temperatura promedio de trabajo del lubricante de motor).
En el caso de los lubricantes de engranajes bajo la SAE J306, están asociados a otra escala de viscosidades para precisamente no confundirse en relación a los lubricantes de motor. Así cuando hablamos de un 5W-30 sabemos que nos referimos inmediatamente a un lubricante de motor y con un 75W-90, nos referimos a un lubricante de engranaje.
¿Mayor o menor viscosidad?
Antiguamente, se decía que un aceite más viscoso protege mejor contra la alta temperatura y genera un mejor sello de lubricación para atacar contra el desgaste del motor, sin embargo, una alta viscosidad genera una lubricación más lenta, siendo perjudicial sobre todo en las primeras partidas, con un mayor consumo de combustible y más emisiones de gases contaminantes, ya que al motor le podría costar más moverse con un líquido más grueso.
Actualmente, una mejor protección contra la alta temperatura y un mejor sello se logra gracias a los paquetes de aditivos que tienen los lubricantes. De esta forma, podemos tener un aceite de muy baja viscosidad, que también sea apto para motores que trabajan con alta temperatura interna, logrando bajar el consumo de combustible, reduciendo las emisiones de gases contaminantes y asegurar una rápida lubricación en todo momento.
El mercado solicita lubricantes de menor viscosidad
La viscosidad del lubricante de motor ya no se rige por la temperatura de ambiente como en la antigüedad (a excepción de países de extremo frío con temperaturas inferiores a -20°C a menos de -40°C como ejemplo). Si el fabricante del motor exige una viscosidad ultra baja como 0W-20 no es porque el mundo esté más frío, si no que es por las condiciones de armado del motor, los componentes que usa, el enfoque de ahorro de combustible o de bajas emisiones, entre otros aspectos. Por esta razón, es que la viscosidad correcta para el motor es la viscosidad que solicita directamente el fabricante.
Como excepción, solo se recomienda sustituir la viscosidad en el número que acompaña a la letra ‘’W’’ por una más pequeña, en países de extremo frío según lo que el fabricante indique. Por ejemplo, puede que un fabricante recomiende a nivel mundial viscosidad 10W-30 para un determinado motor, pero en países con extremo frío, puede que se recomiende sustituir a un 5W-30 o 0W-30 según la tabla de temperaturas bajas de ambiente. Para el resto del mundo, debería usar la viscosidad genérica que indica 10W-30.
¿Debo cambiar la viscosidad con el paso del tiempo?
Antiguamente, los mecánicos aplicaban subir de viscosidad a medida que el motor generaba mayor desgaste, para suplir la holgura de desgaste con un aceite más viscoso. De esta forma, la capacidad de sello se veía fortalecida y se generaba menos consumo de aceite, reduciendo el humo azul visible. Si bien en la práctica esto funciona no es lo recomendado, ya que por una parte estamos atendiendo el consumo de aceite y la generación de humo azul en exceso, por otra parte, con un lubricante más viscoso generamos una lubricación más lenta y terminamos acelerando el proceso de desgaste del motor.
Un motor nace y muere con la viscosidad que recomienda el fabricante
El motor debe usar siempre la viscosidad que el fabricante recomienda, ya que también hay tecnologías del motor que van asociada al mismo funcionamiento como lo es la apertura de válvulas o alzada del leva como es el caso de los sistemas VVT-i de Toyota o VTEC de Honda como ejemplo, pero también los mismos componentes asociados al funcionamiento como bomba de aceite, los ductos de lubricación, el chupador de aceite, el filtro de aceite, sensores de presión, entre otros. Por esta razón, es que no se debe alterar la viscosidad del lubricante de motor para asegurar el correcto funcionamiento del motor y sus componentes. Si hay problemas asociados como alto consumo de aceite de motor, debemos reparar o fijarnos si el lubricante que estamos usando es el adecuado.
Si no sabes cuál es la viscosidad que recomienda el fabricante de tu motor, puedes usar nuestro buscador en nuestra web, que realiza un cruce según las exigencias que establece directamente el fabricante del vehículo.